Ya está aquí el verano. Ese momento del año en el que todo el mundo parece tener planes increíbles, viajes exóticos, maletas nuevas y fotos en la playa con sombreros enormes y cócteles de colores.

Pero si eres madre (y más aún si eres madre soltera), sabes que muchas veces el verano no se ve tan perfecto como en Instagram.

A lo mejor no hay presupuesto para grandes viajes, ni tiempo para organizar vacaciones largas… o simplemente no te apetece complicarte demasiado. Y está bien.

Porque te voy a contar algo: no necesitas un destino de lujo para crear recuerdos bonitos con tus hijos.
Solo necesitas presencia, un poquito de creatividad y ganas de disfrutar con lo que sí tienes.

Así que aquí van ideas reales, simples y asequibles para vivir un verano bonito, sin romper el bolsillo:

1. Excursiones de un día: cambia el escenario, cambia la energía

No hace falta irte una semana fuera. A veces, una escapada de unas horas cambia el chip. Busca en tu zona:
• Un río, un lago, una zona de picnic o una ruta de senderismo fácil.
• Un parque con zonas de agua o un jardín botánico.
• Un pueblecito cercano con encanto para pasear, llevar bocatas y tomarse un helado.

Consejo práctico: Prepárate una mochila con agua, fruta, bocadillos, protector solar y una manta para tumbaros. Lo simple funciona. Y si hay sombra… ¡mejor aún!

2. Planes de verano low cost en tu ciudad o pueblo

Mira la agenda de tu ayuntamiento o centros culturales. Muchas veces hay:
• Cine al aire libre.
• Cuentacuentos, talleres o actividades gratuitas.
• Ferias, conciertos o fiestas populares donde los peques lo pasan bomba (y tú también).

Extra tip: Llévate tu botellita de agua, algo para picar y evita los “gastos hormiga” de última hora. Así disfrutas sin que el monedero tiemble.

3. Días temáticos en casa: el arte de crear magia con poco

¿Y si convertimos un día cualquiera en algo especial? Algunas ideas que he probado:
• Día de “playa casera”: bañera o piscina inflable, música veraniega, batido de frutas y juego libre.
• Día de “cine y pijamas”: palomitas, colchonetas en el suelo y peli que les encante.
• Taller creativo: pintura con esponjas, manualidades con materiales reciclados o cocina divertida.

Y lo mejor: No tienes que hacerlo todo tú. Invítales a participar, a proponer, a inventar. Ellos también tienen ideas maravillosas.

4. Crea momentos, no gastos

A veces nos presionamos queriendo darles “el mejor verano de sus vidas”… cuando lo único que ellos quieren es a su mamá presente, disponible, tranquila.

Puedes:
• Salir a mirar las estrellas por la noche.
• Tomar un helado en el banco de siempre, sin prisas.
• Hacer un picnic en el salón con su mantel favorito.
• Cantar canciones juntos mientras cocináis.

La magia está en la atención, no en el precio.

5. Y tú, mamá, también necesitas tu espacio

Aunque estemos en modo vacaciones, tú también existes. No todo tiene que ser para los niños. Regálate momentos que te nutran:
• Levántate un ratito antes y toma tu café en silencio.
• Lee ese libro que tienes pendiente.
• Haz una videollamada con una amiga que te haga reír.
• Haz una pausa. Respira. Agradece. Estás haciendo lo mejor que puedes.

Porque cuando tú estás bien, ellos lo sienten. El verano también es tuyo.

En resumen…

No se trata de tener mucho dinero. Se trata de tener intención.
Y sé que tú, que estás leyendo esto, tienes de sobra. Tienes ganas de hacerlo diferente, de disfrutar a tu manera, de cuidar lo esencial.

Este verano no se mide en euros, se mide en risas, en abrazos, en momentos simples que se quedan en la memoria para siempre.

¿Te animas a vivirlo así?

Con amor y luz

María 🌷✨

Mamá, autora, mentora, mujer en expansión…